Paso a menudo por esta zona y siempre me llama la atención este edificio por su verticalidad y su material de fachada blanco.

Se trata de un ejercicio que supone un pequeño reto en encuadres, por la zona del barrio de Morlans las calles cercanas al edificio son bastante angostas, por la parte del vial, el hotel no se deja ver del todo bien hasta acercarse a unos 100 metros.

El encuadre mas cómodo sin duda es posicionando el trípode junto a la rotonda que hay justo bajo el vial, pero esta toma no nos muestra la entrada a recepción que en mi opinión, es uno de los puntos interesantes del edificio, ya que rompe con su aspecto claro y liso general.

La única forma de fotografiar la entrada, es desde la calle a la que se accede y desde las escaleras de la parte baja del vial, en ambas situaciones tenemos que forzar los encuadres si no queremos centrarnos solo en la entrada.

Ahora bien, tendremos unas buenas fotos de la parte trasera si nos decidimos a pedir a algún vecino que nos deje acceder a su domicilio desde donde poder fotografiar el hotel por la parte que nos muestra su cafetería y que da a una pequeña plaza, desde la cual es prácticamente imposible captar la altura total del edificio sin inclinar la cámara en exceso.